EsCarolota o Carolota -como me gusta llamarla a mí-, nació como una representación de mi yo interior. Era mi yo más ardiente y sincero y me servía de escudo para hablar con humor de algunas situaciones que vivía.
Al principio hablaba de lo mucho que me gustaban los nachos con guacamole, de lo cansada que estaba algunos días de estudiar, de mi pelo desastroso, de si estaba contenta o triste y sucesos similares.
Pero hubo un momento en que esto cambió.